El lobo harto y la oveja.
Un lobo hartado de comida y ya sin hambre, vio a una oveja tendida en el suelo.
Dándose cuenta que se había desplomado simplemente de terror, se le acercó, y tranquilizándola le prometió dejarla ir si le decía tres verdades.
Le dijo entonces la oveja que la primera es que preferiría no haberle encontrado; la segunda, que como ya lo encontró, hubiera querido encontrarlo ciego; y por tercera verdad le dijo:
-- ¡Ojalá, todos los lobos malvados, murieran de mala muerte,
ya que, sin haber recibido mal algu
...
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