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09.22.20
Jesucristo

En estas fechas, se acerca la navidad, unas fechas tradicionalmente religiosas, para toda la cristiandad, fechas en las que hace casi 2.000, años celebramos el nacimiento de un niño, que vino a salvar la humanidad.

Este niño, Jesús de Nazaret, fue un predicador judío, vivió en Galilea y Judea, muriendo crucificado alrededor del año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato, en Jerusalén.

El nombre de Jesucristo, proviene del hebreo (Yeshua Ha’Mashiaj) y significa Jesús, el Mesías.

 El cristianismo, que fue iniciado en el seno del judaísmo,  afirma que Jesús de Nazaret es el hijo de Dios, siendo este la encarnación de Dios.

En cambio, el judaísmo niega su divinidad, la cual no es compatible con ser Dios, un mediador de Dios, o parte de una Trinidad, también el judaísmo rechaza que Jesús sea el Mesías de los hebreos, por lo cual los judíos aun esperan la llegada de su Mesías.

Según los judíos, la llegada del Mesías debe estar acompañada del retorno de todos los judíos a la Tierra Prometida, la reconstrucción del Templo de Jerusalén, todo ello unido, a una era de paz y entendimiento, entre todas las personas de la Tierra, llenándose esta del conocimiento de Dios.

También el islamismo tiene a su Jesús de Nazaret, aunque denominado Isa (hijo de Maryam), cuando se pronuncia el nombre de Isa, aleijis-salam significa “Jesús, que la paz esté sobre él,” siendo considerado uno de los más importantes profetas, pero sin ser hijo de Alá, puesto que Alá es único y no posee hijos.

Mahoma, también importante profeta islámico, afirmó que Jesús fue enviado por Alá para ser el Mesías.

Tanto en el Evangelio de Mateo, como en el Evangelio de Lucas, difieren los datos del nacimiento de Jesús…

Según Mateo:

María madre de Jesús, vive con su marido, José, al parecer en Belén, quedando María inesperadamente embarazada, José decide repudiarla.

Se le aparece en sueños un ángel a José, afirmando que María está embarazada, por obra del Espíritu Santo y le profetiza que su hijo será el Mesías que los judíos esperan.

A Jerusalén llegan tres magos de Oriente, buscando el rey de los judíos que termina de nacer, a causa de lo cual Herodes el Grande decide acabar con su posible rival.

Una estrella guía a los magos a Belén y adoran a Jesús.

Posteriormente, un ángel avisa a José de la persecución de Herodes, los cual hace huir al matrimonio, junto con Jesús a Egipto.

Tras la muerte de Herodes, regresa Jesús con su familia a Nazaret en Galilea.

Lucas, nos cuenta en su Evangelio:

María y José viven en Nazaret.

El ángel Gabriel anuncia a María el nacimiento de Jesús.

El emperador Cesar Augusto, ordena que cada cual debe empadronarse en su lugar de nacimiento, por lo cual José debe viajar a Belén, por haber nacido allí.

Jesús, mientras se realiza el viaje nace en Belén, siendo adorado por pastores.

Juan Bautista profetizo la llegada de Jesús.

Jesús fue bautizado en el rio Jordán, mientras era bautizado se poso sobre él una paloma, la cual era el Espíritu de Dios y se escucho la voz de Dios.

Los Evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), nos cuentan que el Espíritu de Dios, llevo a Jesús al desierto, lugar donde este ayuna cuarenta días y cuarenta noches, superando las tentaciones del Demonio.

Posteriormente, Jesús marcha a Galilea, lugar donde comienza a profetizar el Reino de Dios.

Jesús predica el Evangelio en las regiones de Galilea y Judea, realizando multitud de milagros.

En Galilea, Jesús elige a sus doce principales seguidores, Simón (llamado Pedro), Andrés (hermano de Simón), Santiago el Zebedeo, Juan (hermano de Santiago), Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Zelote y Judas Iscariote (quien posteriormente traicionaría a Jesús).

Jesús predicó tanto en sinagogas (edificio dedicado al culto y estudio del judaísmo), como al aire libre, utilizando parábolas para explicar el Reino de Dios.

Jesús se enfrento especialmente con una de las ramas del judaísmo, los fariseos, acusándolos de no cuidar lo más importante de la Torá (Ley de Moisés), refiriéndose a la justicia, la compasión y la lealtad.

Según los evangelios, Jesús realizó veintisiete milagros, consistentes en catorce curaciones, cinco exorcismos, tres resurrecciones, dos prodigios naturales y tres signos extraordinarios.

Los fariseos acusaron a Jesús de estar asociado con Belcebú, por el poder de expulsar demonios, poder que según los evangelios, confirió Jesús a sus seguidores.

También los Evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), cuentan que Jesús subió al monte a orar, transformándose su rostro y volviéndose su vestimenta blanca y resplandeciente, apareciendo junto a él Moisés y Elías, mientras los apóstoles dormían, al despertar estos, vieron a Jesús, Moisés y Elías, escuchando una voz celestial que decía:

“Este es mi hijo elegido, escuchadle.”

Posteriormente,  Jesús fue con sus seguidores a Jerusalén, para celebrar la fiesta de Pascua, entrando a Jerusalén a lomos de un asno, para que se cumpliera la profecía del profeta Zacarías.

Seguidamente (según los Evangelios sinópticos), Jesús se desplaza al templo de Jerusalén expulsando cambistas y vendedores de animales para rituales, en el evangelio de Juan, se realiza en el comienzo de la vida pública de Jesús.

También según los Evangelios sinópticos, la noche de Pascua, Jesús tomo los que los cristianos conocen con la Ultima Cena, realizada con sus apóstoles, donde Jesús predice que iba a ser traicionado por uno de sus apóstoles.

Tras la cena, Jesús y sus discípulos marchan a orar al huerto de Getsemaní, donde los apóstoles se quedan dormidos.

Judas traiciona a Jesús, entregándolo a los príncipes de los sacerdotes y los ancianos de Jerusalén por 30  piezas de plata, mostrando al grupo que le acompañaba quien era Jesús, dando a este un beso en la mejilla.

Una vez detenido Jesús, es llevado al palacio del sumo sacerdote Caifás, aunque según el Evangelio de Juan, fue llevado a casa de Anás (suegro de Caifás), para posteriormente ser llevado ante Caifás.

Al día siguiente Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, el cual no le encontró culpable y preguntó a la muchedumbre si liberaba a Jesús o Barrabas.

La multitud, persuadida por los príncipes de los sacerdotes, opto por la liberación de Barrabas y la crucifixión de Jesús, a causa de lo cual Pilatos se lavó simbólicamente las manos expresando la inocencia de Jesús.

Jesús es azotado y vestido con un manto rojo, le es colocada una corona de espinas en la cabeza, así como una caña en su mano derecha.

Jesús es obligado a portar la cruz, en la que sería crucificado posteriormente, hasta Gólgota, le ayudo a llevar la cruz Simón de Cirene.

Una vez crucificado, sobre su cabeza colocaron el letrero INRI (abreviatura en latín de “Este es Jesús, rey de los judíos”), siendo crucificado entre dos ladrones.

José de Arimatea, seguidor de Jesús, solicita a Pilatos el cuerpo de Jesús, depositando su cuerpo envuelto en una sábana, en un sepulcro excavado en la roca.

Los evangelios relatan que Jesús resucitó al tercer día, lo que ocurrió tras la resurrección, cada uno de los cuatro evangelios, cuenta una versión diferente.

No existen pruebas arqueológicas de la existencia de Jesús, aunque si aparecen personajes, lugares y hechos que aparecen en los evangelios.

En el Papiro P52, que esta datado en el año 125, es el documento más antiguo que contiene un fragmento del Evangelio de Juan.

Categoría: Religión | Vistas: 455 | Agregado por: jorbasmar | Valoración: 0.0/0
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