07.08.20 Hemos de guardar el pasado en la mochila (2 parte) |
Continuamos con la segunda parte del post publicada ayer. La primera parte de este post (incompleta), la podéis leer en mi blog “Cosas de Jorge” en el post “Hemos de guardar el pasado en la mochila” A través de las preguntas respondidas en el post anterior, el Dr. Dyer nos quiere hacer comprender que nos colocamos a nosotros unas etiquetas, y nos apoyamos en ellas, para seguir siendo así, aunque no nos gustemos, por el motivo de que quizás sea más cómodo dejarnos llevar por la corriente, que luchar contra lo que nos consideramos, en lugar de luchar por valorarnos más nosotros y que el mundo que nos rodea nos valore mas también. En su libro “Tus zonas erróneas” el Dr. Dyer nos narra un poema de D. H. Lawrence que os copio a continuación: -¿Qué es él? -Un hombre, por supuesto. -Sí, pero ¿qué hace? -Vive y es un hombre. -¡Oh, por supuesto! Pero debe trabajar. -Tiene que tener una ocupación de alguna especie. -¿Por qué? -Porque obviamente no pertenece a las clases acomodadas. -No lo sé. Pero tiene mucho tiempo. Y hace unas sillas muy bonitas. -¡Ahí está entonces! Es ebanista. - No, no! -En todo caso, carpintero y ensamblador. -No, en absoluto. -Pero si tú lo dijiste. -¿Qué dije yo? -Que hacía sillas y que era carpintero y ebanista. -Yo dije que hacía sillas pero no dije que fuera carpintero. -Muy bien, entonces es un aficionado. -¡Quizá! ¿Dirías tú que un tordo es un flautista profesional o un aficionado? -Yo diría que es un pájaro simplemente. -Y yo digo que es sólo un hombre. -¡Está bien! Siempre te ha gustado hacer juegos de palabras.
Este poema nos refleja con bastante claridad, que fácilmente nos colocamos y nos colocan etiquetas, que después “nos obligamos y nos obligan” a llevarlas en nuestras espaldas de por vida. Es algo que nunca me ha gustado (las etiquetas), recuerdo cuando estudiaba, que vi un cartel donde ponía “Se necesita aprendiz” tenía 14 años por esas épocas, estaba estudiando EGB, pero vi el cartel y decidí ponerme a trabajar para tener autosuficiencia económica, consistía en trabajar de mozo de almacén, en un importante almacén de productos para el hogar y el vestir, dure poco, marchándome yo, me puse a estudiar para terminar de sacarme el graduado, trabaje en una fábrica de acuarios, de armarios de baño, repartí con un camioncillo por toda España, productos de hogar… estudie más tarde delineación, después radio y televisión, mas tarde electrónica industrial… también trabaje montando tuberías (de esas gordas que alimentan a las ciudades), monte armarios de cocina en bloques de apartamentos, monte tejados de Uralita, puse pladur, reparo ascensores… si me hubiese puesto al principio de mi vida una etiqueta diciendo soy mozo de almacén… ¿Qué seria ahora? Un simple mozo de almacén, como mucho el jefe de almacén, de ese almacén donde empecé a trabajar que curiosamente aun existe… Podemos saber hacer una cosa o no saberla hacer, pero hemos de saber que si esa cosa, la hacemos mal, podemos aprender, si la hacemos bien y nos aburre, también podemos aprender a hacer otra cosa, además es más divertido. Si siempre haces lo mismo (por lo menos a mi), me aburre, prefiero ver una situación desconocida, mirarme el problema, no saber por dónde meterle mano, irme a tomar un café, pensar y buscar la solución. Si la vida la solucionamos simplemente con una llamada de teléfono, preguntando a Dios Google, no la solucionamos nosotros, simplemente nos la solucionan los demás. Eso no significa que no podamos pedir ayuda o consultar a Google, para eso están esas soluciones, pero primero pensemos buscando la solución nosotros. Como resumen a este extenso post os resumiré los pensamientos finales del capítulo al cual me estoy refiriendo del Dr. Dyer. Tú (y yo) somos el producto de la suma total de nuestras elecciones. Esas etiquetas aburridas y viejas nos están impidiendo tener una vida plena como desearíamos tú y yo. Lo mejor para la tristeza (yo diría aburrimiento) es aprender algo. Básicamente, en este capítulo el Dr. Dyer nos intenta inculcar que esas etiquetas son pasado, de que permanezcan en nuestra compañía y nos quedemos estancados en el pasado y en la infelicidad que ello nos produce solo de nosotros depende. Coloquemos todas esas etiquetas en la mochila del pasado y poco a poco vayamos evolucionándolas para tener una vida plena basada en la felicidad y el conocimiento. |
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